La resistencia al frío para las plantas ya no es un sueño inalcanzable. Investigadores lo consiguieron “Aislando un gen de girasol que confiere tolerancia al congelamiento, además de resistencia a la sequía y la salinidad”; y lo introdujeron en plantas utilizadas como experimentos. El resultado fue una planta súper resistente.
Este es uno de los tantos estudios que se llevaron acabo buscando replicar la resistencia de algunas plantas en medios naturales para poder traspasarlos a otras para mejorar su resistencia.
Pero ¿Qué sabemos de plantas resistentes al frio?, ¿En la naturaleza existen casos similares o casos aún más extremos? Déjanos presentarte el caso más extremo de resistencia al frío por debajo de los 0°C antes de continuar con el tema inicial.
PLANTAS NATIVAS DEL ANTÁRTICO
“Colobanthus quitensis” (perla antártica o clavel antártico) el clavel es una de las dos especies de angiospermas (convencionalmente denominadas plantas con flor) nativas del continente antártico, siendo la otra “Deschampsia antarctica”, una gramínea. Podemos encontrarla en los meses de enero y diciembre en zonas de climas fríos.
Ambas especies se encuentran principalmente en la Península Antártica, que es la zona menos fría, pues tiene una temperatura media diurna de 4 ºC. Las plantas antárticas tienen que soportar temperaturas de hasta -60 ºC, una elevada incidencia de rayos ultravioleta, suelos muy delgados además de ácidos y durante el invierno, varias semanas de oscuridad en las que no pueden hacer la fotosíntesis.
Además, padecen falta de agua, ya que casi toda el agua que hay en la Antártica está congelada en forma de hielo o nieve.
CLAVEL ANTÁRTICO
El clavel antártico se encuentra desde México hasta la Península Antártica cerca de las costas, en áreas donde el hielo no es permanente. Crece formando pequeños cojines o matojos de varios individuos, donde alcanza una altura de cerca de 8 cm.
Su estrategia para evitar los daños por congelación consiste en acumular azúcares en elevadas concentraciones, los cuales toman el agua por efecto osmótico evitando que se formen cristales de hielo.
Otra método de resistencia es el que usa el “pasto antártico”; este crea proteínas que se llaman APF (anti-freeze proteins) las cuales evitan que se congele el agua de su interior, pues los cristales de hielo podrían dañar sus células. Las AFP se unen a los márgenes de los cristales de hielo cuando se empiezan a formar impidiendo su crecimiento.
BÚSQUEDA DE LA RESISTENCIA AL FRÍO
Volviendo al tema inicial de nuestro artículo “Aislaron un gen de girasol que confiere tolerancia al congelamiento”, en el 2010 científicos de la universidad Nacional de Litoral(UNL) y el CONICET desarrollaron de plantas transgénicas capaces de tolerar temperaturas bajo cero, condiciones de sequía y salinidad o en otras palabras sobrevivir en condiciones adversas.
La proteína que está presente en un gen de girasol que aislaron investigadores del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), y luego la colocaron en plantas experimentales. El resultado fue una nueva planta con su estructura genética modificada, capaz de soportar algunas de las peores agresiones que sufren.
Pero, de hecho, el primer gen que aislaron y patentaron su uso como herramienta biotecnológica fue el HaHB4, que confiere a las plantas tolerancia a la sequía, la salinidad y el ataque de insectos herbívoros.
El desafío que sigue para los investigadores es largo: experimentar con plantas de interés agronómico como el trigo, la soja y el maíz, especies muy distintas genéticamente al modelo experimental.
DATO EXTRA: REPRODUCIDA EN UN LABORATORIO
El tema de la resistencia al frío no esta tan alejado de la resistencia al calor y la radiación, esto también motivo a científicos chilenos a aprovechar el conocimiento que tenían de los claveles antárticos, ya que no solo soportan bien el frio, también soportan los RAYOS ULTRAVIOLETA.
Debido a que el Tratado Antártico prohíbe el uso de recursos del continente blanco, se reprodujo en el laboratorio de Santiago de Chile esta condiciones extremas de la Antártica. Allí las hicieron crecer claveles para que produjesen las mismas moléculas que producen en su hábitat natural.
Los investigadores estudiaron los principios activos de la planta y cómo esta respondia cuando se le sometía a radiaciones UV. Cuando se aplicó radiación sobre ADN humano, protegido por las moléculas de la planta, notó que éste no había sufrido daños.
La idea ahora es desarrollar un filtro solar con fines comerciales para la industria farmacéutica y cosmética. Curioso como el estudio de las cualidades increíbles que estas plantas para sobrevivir, nos están llevando a estos avances tan importantes.
Redacción: RUBUS GARDEN
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