Un terremoto, es un movimiento agresivo capaz de producir vibraciones intensas, y estas vibraciones son percibidas de diferente forma dependiendo del material que encuentran por su camino.
Muchos materiales rígidos, facilitan la trasmisión de estas vibraciones y esto en un terremoto ocasiona que este material colapse.
Si, por ejemplo, golpeamos un lado de una barra de metal, una vibración se sentirá en el lado opuesto. Algo curioso es que esto ocurre de manera diferente si la barra es de madera, ya que esta absorbe la energía mucho antes de que llegue la vibración al otro lado. Prácticamente una fuerte vibración en la madera casi ni se siente. Es por esto que cuando hay un terremoto, lo primero que cae son las edificaciones humanas. Sin embargo, una gran mayoría de bosques se mantienen intactos, incluso en terremotos de enorme magnitud.
¿Y esto por qué sucede?
A diferencia un animal, que pueden escapar de un terremoto, la planta está obligada a permanecer en el sitio. Los árboles no tienen más remedio que aguantarlo, debido a esto desarrollaron la capacidad de soportarlos, obteniendo así el poder para deformarse sin romperse; y recuperar su estructura una vez el esfuerzo deja de actuar.
La planta consigue esto gracias a su estructura celular, altamente resiliente. Las plantas tienen una pared celular que les permite tener flexibilidad. Es por esto que la madera es considerada uno de los materiales con más resistencia frente a terremotos, equivalente al mismo concreto reforzado. Se ha demostrado también según físicos en Francia, que ciertas ondas sísmicas superficiales y horizontales que se dan durante un terremoto podrían desviarse de la superficie de la tierra cuando pasan a través de un bosque que contiene árboles. El bosque actúa como un metamaterial. Los metamateriales tienen la capacidad de manipular la luz, ondas electromagnéticas y también las ondas sísmicas.
Investigadores como Guenneau y Phillippe Roux de la Universidad de Grenoble, Demostraron que un pequeño bosque de pinos podría reflejar y desviar la energía que viaja debajo de la superficie y son generadas por vibraciones (temblores). A esto se le llama “blindaje arbóreo“.
¿Entonces cómo podemos aplicar lo que hacen las plantas en la prevención de sismos?
La respuesta está en usar la resistencia de las plantas o utilizar la naturaleza a nuestro favor.
TECNOLOGÍA NATURAL PARA RESISTIR TERREMOTOS
Desde hace ya muchos años se sabe que los edificios japoneses construidos con madera resisten mejor los sismos que aquellos fabricados con otros materiales. Japón es una región de alta actividad tectónica, y observaron hace siglos que las estructuras construidas en madera resistían los terremotos. La madera, incluso muerta, es capaz de disipar gran parte de la energía de un sismo mediante deformación.
Actualmente en Japón, si uno se fija lo suficiente, puede observar cómo rascacielos al completo cabecean sin que se rompa una sola ventana. Japón es un país que ha sabido aprender de la vegetación en la construcción.
NATURALEZA TRADICIONAL PARA DESVIAR TERREMOTOS
Al igual que las investigaciones que se realizaron en Francia se podría optar por incrementar las zonas boscosas o crear nuevos mini-bosques como “blindaje arbóreo” en zonas estratégicas de nuestra ciudad y de esa manera poder reflejar y desviar las ondas sísmicas. Así se podrán salvar muchas vidas y se evitarían muchos daños, además de que se conservarían muchos monumentos antiguos.
Como argumento final nos gustaría acabar con una reflexión y un llamado a la investigación de la tecnología natural.
Las plantas son un claro ejemplo de que tenemos alternativas naturales para poder desarrollar tecnología. Existen muchas cosas que podemos aprender de las plantas, como la construcción de paneles solares diminutos (hojas) o limpieza de la atmósfera de polución (fotosíntesis). Aprendamos un poco más acerca de las maravillas de la naturaleza.
Redacción: Rubus Garden
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