Hoodia Gordonii es el nombre científico de una planta suculenta o comúnmente conocida como “bitterghaap”, sin hojas con múltiples tallos gruesos, carnosos y espinosos que se ramifican cerca de la base. Se distribuye en algunos países del sur de África, incluidos Namibia, Botswana, Angola y Sudáfrica y también muy común en el desierto del Kalahari, donde las elevadas temperaturas alrededor de los 45 °C permiten su floración. Sin embargo, no tolera temperaturas invernales inferiores a los 15 °C.
En cuanto a sus cuidados, necesita estar en una exposición soleada, con tierra o sustrato que tenga muy buen drenaje. Así mismo, necesita un riego de 2 veces por semana en verano y cada 10 a 15 días el resto del año.
Un poco acerca de su historia
Tradicionalmente, Hoodia Gordonii se usa como un supresor del apetito y la sed y para el tratamiento de la tuberculosis, el cáncer y las enfermedades gastrointestinales. Según investigaciones científicas, sugieren que la Hoodia actúa copiando el efecto de la glucosa sobre las células nerviosas del cerebro, aportando una sensación de saciedad y reduciendo de esta forma el apetito. Y estos efectos supresores del apetito fueron deducidos a raíz de la observación de una civilización primitiva de bosquimanos situada en el desierto de Kalahari, donde se constató que utilizaban la planta Hoodia para ayudar a calmar la sensación de hambre cuando tenían que realizar largos viajes donde no existía recursos alimenticios. Por lo que se dice que gracias a esta planta los hombres que habitan en el desierto pueden sobrevivir y mantenerse con vida gracias a sus propiedades.
¿Cómo funciona Hoodia Gordonii?
El P57 es un glicósido esteroideo o también conocida como oxypregnane P57AS3 que se encuentra presente en esta planta aumentando la cantidad de trifosfato de adenosina (ATP) y que al descomponerse libera energía para que el cuerpo la utilice durante los procesos metabólicos. Un nivel elevado de ATP pedirá al hipotálamo enviar una señal al cerebro para hacerle saber que has tenido suficiente cantidad de alimentos, provocando de esta forma una sensación de saciedad. Es por ello, que se teoriza que el P57 actúa sobre el cerebro de una forma similar a la glucosa haciendo que se calme la sensación de apetito.
Datos y estudios de el glicósido P57
Un dato interesante es que se investigó la distribución de P57 en una sección transversal de una muestra de tallo de H. gordonii y los resultados mostraron que P57 se concentra en toda su corteza.
También se realizaron experimentos en ratas y en la investigación realizada para evaluar el efecto de obesidad en ratas delgadas, obesas y congénitas, las altas concentraciones de H. gordonii por administración oral no mostraron efectos secundarios.
Pero al realizarse un estudio in vivo en personas, la mayoría de ellas que recibieron suplementos de Hoodia gordonii. Se quejaron de efectos clínicos leves y efectos secundarios como náuseas y alteraciones de la sensibilidad de la piel.
Por lo tanto, en este punto es casi imposible sugerir una dosis de referencia segura y efectiva haciendo que su consumo aún se encuentra en estudio para dilucidar con más detalle los mecanismos de acción, así como efectos secundarios y dosis apropiadas de esta planta.
Hoodia en peligro de extinción
Por último, como dato sumamente importante a tomar en cuenta, esta planta es considerada una especie en peligro de extinción.
Por lo que es muy importante informarse bien de dónde procede el ejemplar que vamos a comprar, puesto que es ilegal exportarlo de África sin la certificación de la CITES (Convención de Mercado Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestres).
Redacción: Rubus Garden
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